La madre que te parió

Una oveja, Rubia, da de mamar a su hija Nube

El rebaño

La madre que te parió

Bala una corderilla en el rebaño.

- Beeeeee

Sé que es hembra por su balido agudo, más femenino, y por la cara redondita. Mes y medio de edad aproximadamente, a camino entre la lactancia y el destete. Ensaya con un hierbajo que no es el que más le aprovechará en su alimento diario.

- Baaaa

Responde una primala maciza que se afanaba en su herbívoro almuerzo. Entre bocado y bocado charla con su melliza sobre la evolución del tiempo atmosférico y la calidad del pasto presente.

Llega Nube, la hija de la Rubia y se interpone entre su madre y su tía con gesto de impaciencia. Su repentina presencia es comprendida al instante (las madres lo intuyen todo), y cambia de lado para aprovechar la tersa ubre de la mañana. La oveja afloja su riñonera para que su hija, que mueve gozosa el rabo bicolor, succione la leche con fruición.

Qué grande la Naturaleza. Cómo puede ser que entre tanto barullo ganadero una hija y una madre se identifiquen con tanta exactitud y rapidez. El amor lo puede todo. La madre que te parió.

Alfonso Fresno